Testimonios

TESTIMONIOS

"Acudí al Instituto por recomendación de una conocida porque estaba muy preocupada por uno de mis dos hijos. Tiene 11 años y desde que empezó el colegio ha tenido problemas para concentrarse, pero el curso pasado recibí varios avisos de profesores que me alarmaron.

No sabíamos que le pasaba; le notábamos como ausente, preparaba muy bien los exámenes y no se veía reflejado en sus notas, su mochila era un caos, los profesores comentaban “parece que está y no está”, “está en su mundo.

Acudimos al Instituto y empezamos la fase de diagnóstico: necesitaba saber qué le pasaba a mi hijo para poder ayudarlo. Los profesionales del Instituto contactaron con el colegio y con la profesora particular de Dario e hicieron pruebas con el niño para saber qué estaba pasando. Finalmente, me convocaron para entregarme el informe de evaluación y me explicaron que mi hijo tiene un Trastorno por Déficit de Atención. Yo había escuchado ese nombre pero en el instituto me explicaron en qué consistía: me pusieron ejemplos de sus dificultades y me dieron pautas de cómo podíamos ayudarle. Me informaron de las diferentes opciones terapéuticas, entre ellas el tratamiento en Neurofeedback. No queríamos considerar la medicación como primera opción, así que decidimos realizar el entrenamiento en Neurofeedback.

Obtener el diagnóstico de TDAH-déficit de atención ha cambiado la vida de mi hijo. Ahora sabemos lo qué le pasa, ahora, él sabe que no es tonto y entiende que tiene un problema de concentración. Para toda la familia fue un desahogo: por fin sabíamos qué estaba pasando y podíamos poner los recursos necesarios para ayudarle.

Empezamos un entrenamiento en Neurofedback para mejorar la concentración de Dario e incrementar por tanto su autoestima cambiando la visión que hasta el momento tenía de sí mismo. Yo recibí asesoramiento psicológico sobre pautas de cómo ayudar a mi hijo. Ahora siento que le entiendo mejor.

Dario ha hecho 25 sesiones de Neurofeeback. Ha trabajado mucho en la consulta, donde el Dr. le planteaba trabajar con algunos ejercicios en el ordenador después de ponerle unos sensores para controlar su actividad cerebral. Dario se concentraba para poder mover un avión o para hacer que la película que él elegía siguiera su transcurso (si él se desconcentraba la película se paraba). Dario se comprometió mucho con el entrenamiento y trabajó duro. Además nos sentimos muy acompañados durante el proceso porque los profesionales nos daban feedback continuo sobre la evolución del niño.

Si le preguntamos a Dario en qué ha cambiado su vida después de estas 25 sesiones de Neurofeedback nos dice que "ahora juego mejor al fútbol, estoy más concentrado para recibir los pases y chuto mejor los penalties". También se siente contento y orgulloso porque varias profesoras le han felicitado por el gran cambio que ha hecho en la escuela: se concentra mucho mejor y sus notas han mejorado; "antes pensaba que era tonto, ahora he descubierto que no lo soy".

Dario se siente más tranquilo y satisfecho porque ha visto que su trabajo con técnicas de Neurofeedback le ha sido útil para mejorar en el colegio y en su vida en general."

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